El joven tomaba sus clases y aunque no coincidía siempre con la muchacha que estaba en el jardín, se llevaba bien con ella y en algunas ocasiones platicaban cuando se encontraban en el pasillo de la casa.
Un día su profesora interrumpió la clase para decirle que tenía que ir por un encargo cerca, que lo dejaba haciendo unos ejercicios que revisarían cuando ella regresara, le dijo que no se preocupara porque también se quedaba la muchacha trabajando en el jardín.
Mientras hacía sus ejercicios, de repente entró la muchacha gritando desesperada, él asustado le preguntó que pasaba y ella le respondió que se estaban moviendo solos los adornos del jardín, duendes, hongos y otras figuras que estaban ahí. Los dos se quedaron dentro de la casa esperando a la profesora, espantados y sin saber que sucedía.
❣️
Adornos traviesos, qué miedo!
Si que había vida en ese jardín.